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Puertas se cierran, ventanas se abren (y se vuelven a cerrar)

En fechas recientes he estado pensando en lo efímeras que son las relaciones en estos tiempos. Cuando apenas comienzas a conocer a alguien, ya está yéndose y está llegando alguien nuevo. Y es francamente desgastante. So pena de parecer desesperado, la cantidad de gente con la que he salido en este año, rebasa ya a todas aquellas con quienes lo hice el año pasado. Y respecto de este incremento, tengo una teoría (o tal vez dos).

La primera es que el impacto que han tenido las comunicaciones en nuestras vidas ha generado que la inmediatez con que todo sucede también cobre factura en cuanto a relaciones de pareja se refiere. Todo tiene que ser rápido o nos aburrimos. Este mismo fenómeno nos da la posibilidad de ser más “disponibles” en todo momento; podemos interactuar con prácticamente todo el mundo por medio de un perfil, un sitio o una aplicación. Y si no funciona, basta con hacer click para pasar al siguiente que llegará en 3…2…1…¡ya está!

Por otro lado, la imperiosa necesidad que se nos ha creado de que todo sea personalizado nos ha condenado a querer customizar incluso a la gente a nuestro alrededor y ¿qué obtenemos? Sueños guajiros sobre lo que esa persona debería de ser o tener. Nadie es perfecto y parece que no lo entendemos y si bien dice el dicho que “siempre hay un roto para un descosido”, nosotros mismos nos alejamos de la idea poco a poco con tantas exigencias.

Al final, busquemos lo que busquemos, todos (y ahí se puedo asegurar que todos), lo único que queremos es el reconocimiento del otro. Como sea, pero queremos sentirnos importantes para alguien, saber que tenemos un lugar en su mundo. Incluso que podemos trascender a su lado.

Todo en realidad apunta a que en este mundo postmoderno estamos más solos que nunca a pesar de todos los artilugios creados con el fin de impulsar y facilitar la comunicación. Sí, solos. Hablamos todo el día por el celular, pero no escuchamos. Chateamos todo el día, pero no reconocemos tonos o expresiones. Y lo más grave es que hemos perdido la capacidad de sorprendernos ante las cosas más simples en la vida.

Por ahora, todo lo queremos digerido y listo para usarse. No sabemos tener paciencia y no entendemos cómo es que antes la gente podía vivir así. Enviar un e-mail nos toma menos de un segundo. En cambio, una carta podía demorar meses. Y de ahí concluyo que es por eso que las relaciones antes duraban más, pues tomaban más tiempo.

Viéndolo de ese modo, desearía no haber vivido en esta era. Sí, la apertura es mucho mayor, pero hay cosas fundamentales que se han olvidado también. No satanizo de ninguna manera el que el mundo gire y evolucione, yo soy el primero en aplaudirlo y aprovecharlo, pero a veces quisiera que cosas como las relaciones de pareja no hubieran cambiado, que todos fuéramos más pacientes y más conscientes de que una relación a largo plazo no se construye en un mes; que un “te amo” no se dice en 2 semanas; que la vida tiene sus tiempos y sus procesos y hay que vivirlos así.

Estamos en tiempos en los que una puerta se cierra, pero también se abre una ventana. Y las puertas se siguen cerrando aunque las ventanas se sigan abriendo. Es tanto el abrir y cerrar que ya no sabemos por dónde entró el chiflón, si por la puerta o por la ventana y de todos modos terminamos resfriados y tumbados en cama.

Desde hace un tiempo estoy resfriado y tumbado en cama. La última vez que abrí la puerta y la pude cerrar por dentro, el gusto me duró un mes. Se diluyó como un suspiro. Y desde entonces, el chiflón ha estado entrando y saliendo dejándome cada vez más débil.

Necesito un tónico para el resfriado. Necesito dejar de abrir puertas para luego cerrarlas y tener que correr ahora a abrir la ventana que también termino por cerrar. Necesito ayuda para cerrar la ventana, mientras yo cierro la puerta y los dos nos podamos quedar dentro sin resfriados en un abrazo que haga que el chiflón ni siquiera quiera tocar la puerta.

Jocosidades de la cacería en línea

Hace poco me inscribí a un sitio de "networking" muy socorrrido en estos tiempos y a menos de un mes de haberlo hecho he encontrado las cosas más ridículas, absurdas, divertidas y ciertas acerca del funcionamiento y dinámica del mismo.

Lo más triste del caso es ver y darse cuenta de lo vacíos que podemos llegar a ser y de lo bajo que podemos llegar a caer.

Lo impresionante de todo es que lo único que buscamos es ser amados.

Así sea el que solo busca sexo o los que buscan escapes a sus relaciones de pareja fracturadas o los que de plano sí creen que van a encontrar al príncipe azul. Todos buscamos lo mismo. Importarle a alguien. Ser tomados en cuenta por otro.


El punto es que creo que buscamos eso en el sitio equivocado y con la gente equivocada. Es más, no se trata de buscar, sino de dejar que la vida nos sorprenda con su llegada sorpresiva y del modo menos imaginado.


Después de mi trabajo de observación (yo debería de ser antropólogo, insisto), estas son las conclusiones:


1. Todos son un dios efebo que en realidad tenemos suerte de poder contactar por ese medio, pero no esperes una respuesta por educación porque parece que los dioses no conocen esa palabra.

2. Siempre habrá alguien con el ego más grande que el anterior, así que si por un momento crees que ya viste demasiado de eso, te equivocas.

3. Hay quien se etiqueta en tal o cuál categoría no por preferencia, sino por no tener otro remedio, ¿verdad “ositos”? Esa palabra automáticamente te condena a solo aspirar a gordos sudorosos y mal olientes que toda la vida han sido molestados por obesos, pero eso sí, están muy orgullosos de pertenecer a ese grupo.

4. Cuando la gente se describa así misma como honesta, real y “sin rollos mentales”, huye pues son todo lo contrario.

5. El concepto de “GB” (gente bien) es sumamente ambiguo y subjetivo y es usado por la gente más acomplejada del mundo.

6. La mayor incongruencia es buscar solo amigos acompañado de una foto de los genitales.

7. Huye de quienes se describen a sí mismos en 5 largos párrafos, no ven más allá de sus narices.

8. Hay gente que no se quiere ni tantito o que tiene un sentido de la estética muy surrealista

9. Decir que eres “gordito con onda”, es aceptar que estas gordo y eres feo, pero eso sí, te vistes a la última moda y eres divertido… touché.

10. Hay gente muy sola…y es triste tomando en cuenta que en realidad sí hay “un roto para un descocido”. El punto es encontrarlo. Y hay quienes buscan y buscan y nada más no encuentran. Tienen 60 años y siguen en el rock and roll…sad.

11. A los niños de 18-20 años les faltan años de experiencia como para poder entender de lo que se trata la vida. De repente ponen unas cosas espeluznantes como descripciones como “quiero un wey que sepa lo que quiere de la vida, porque yo lo sé” o “soy un chico oscuro y me gusta escuchar a Radiohead cuando me siento así”…híjole…

12. Buscar pareja estable en un sitio web en donde la mayoría busca sexo, es igual que pensar en que algún día lo van a encontrar.

13. La gente le huye a los demás cuando muestran un poco de profundidad catalogándolos de intensos o psicóticos…hay que limitarse a contestar cuánto te mide.

14. La mala ortografía es una constante…es triste ver que el lenguaje se distorsiona o simplemente no hay conciencia de cómo se escriben las palabras.

15. Entre más sucio y aberrado mejor, eso sí, sin “rollos mentales”…aplauso.

16. Hay gente que cree que es poeta y Arjona no es poesía.

17. No entiendo el concepto de “morboso”, según lo que creo, lo usan para definirse como “kinky”, esto es, fetiches como los pies, las axilas, el cuero, la orina y demás aberraciones…cada quién su mente.

18. Hay gente muy poco tolerante que pide y pide y pide y pide y no nada, nada, nada, nada.

19. El proceso de cada persona para llegar al plano espiritual es loable y válido, pero pregonarlo como si eso te hiciera mejor persona que los demás, en realidad te hace ver como todo lo contrario.

20. La gente cree que porque viaja es más educada o superior. Poner fotos de tus viajes en los lugares más cliché, los hace ver como gente sin otra cosa que mostrar en la vida.

21. No hay fórmulas. Cada quién busca lo que le acomoda y se acomoda con lo que encuentra. Y si no, pasas al siguiente que para eso hay millones de perfiles de dónde escoger.